Juan Espinosa García cesa en su cargo de Director General en la Dirección de Ordenación del Juego que venía desempeñando desde 2016.
Desde una perspectiva profesional y personal, todos los que le hemos tratado nos hemos quedado con una inmejorable impresión, por su gran capacidad de trabajo y de liderazgo de un equipo al que ha sabido dirigir de forma magistral.
Como muestra de su rigor y a modo de herencia, deja la última “Memoria de actividad de la Dirección General del Juego de 2019”, publicada ayer mismo, y en la que se relata todo el quehacer y actividad en la que está embarcada esta Dirección General, al igual que los numerosos estudios e informes que se han elaborado bajo su mandato. Pocos conocen que esta Direccion General es de las escasas que presentan superávit en términos presupuestarios y que, en definitiva, se “autofinancian”.
No ha tenido fácil transitar en dicho cargo, ni tampoco ha coincidido con todos y con todo en la diversidad de intereses que concurren en este centro administrativo, pero nos consta que en sus numerosas iniciativas reguladoras ha respetado el principal mandamiento y acción última de la acción reglamentaria, que es la protección y garantía de los usuarios de los juegos y del orden empresarial.
Aunque limitadas las competencias de la Dirección General a los juegos y apuestas online de ámbito estatal y a las loterías, ha logrado mantener viva la coordinación con las CCAA, gobernantes de los mayoritarios juegos presenciales, en torno al órgano legal previsto a tal fin, el Consejo de Políticas de Juego, y en ese y otros foros ha demostrado tener “mano izquierda” con sus interlocutores para tratar asuntos espinosos, nunca mejor correlación con su apellido.
A pesar de no haber podido culminar algunas de sus últimas iniciativas (llevar a término el Reglamento de Comunicaciones Comerciales de las actividades de juego, modificar ciertos aspectos de la Ley sobre el Juego estatal que requieren mejoras, o la ampliación de fondos presupuestarios a la DGOJ para elaboración de estadísticas centralizadas, y estudios e investigaciones rigurosas que tanta falta hacen para desterrar bulos), su resultado ahí queda, y va a ser difícil superarlo.
Esperamos y deseamos que en su nueva etapa alcance también importantes logros.
Loyra Abogados