El inicio del curso invita a sobrevolar sobre la paralizante situación política, por si algo puede extrapolarse a la materia en la que constantemente nos desenvolvemos: los juegos de azar.
Un tertuliano de radio analizaba recientemente los retos y consecuencias de mantenerse el Gobierno en funciones, o pasar a ser un Gobierno pleno, aún en precario; y sintetizaba 4 ó 5 grandes temas sobre los que centrar las diferencias para la toma de decisiones, a corto plazo. Le sigo en su clasificación para proyectar lo propio en materia de juegos:
- El Brexit. Con respecto al juego está ya dicho cual es la principal consecuencia, sobre todo respecto al juego online: las empresas licenciatarias domiciliadas en Gibraltar deben trasladarse a un País Miembro, si no se han trasladado ya a Malta, a Ceuta o a Melilla. Añado que ante un “Brexit “a las bravas”, también las domiciliadas en el Reino Unido quedarían automáticamente sin sustento legal. Otro efecto colateral curioso: una importante Feria o Conferencia se trasladará en 2020 de Londres a Barcelona.
- La sentencia del Tribunal Supremo respecto al “procés” de Cataluña. Obviamente nada tiene que ver esta sentencia con el sector del juego, ya se ha analizado en otros artículos la repercusión de una hipotética independencia de Cataluña, escasa en cuanto ya existe actualmente una amplia autonomía plenamente ejercitada, tanto en su aspecto administrativo como tributario. Solo recordar la excepción, que la independencia afectaría al juego online, a SELAE y a la ONCE.
- Las distorsiones provenientes del mal estado de la economía mundial que se prevee y las posibles agravaciones en el Comercio y la economía global. Los tweets de Mr. Trump o la crisis en Hong Kong no afectan a empresas españolas de juego, como a las americanas situadas en Macao, por ejemplo, y solo algunas de las más internacionalizadas pueden verse concernidas por un deterioro. Que haya o no Gobierno en funciones en España poco aporta en este capítulo. Pero ojo, al contrario de lo que dice la leyenda, cuando la economía española va mal, el sector del juego también decae. Y según el tertuliano, bajo este capítulo, lo mejor consiste en despejar la acción del Gobierno.
- La Agenda social del Gobierno, que puede tomar velocidad o ralentizarse según esté o no en funciones. Aquí se barruntan diferencias entre un estado u otro, pues la adopción de medidas respecto a varios asuntos claramente mediáticos puede desencadenarse de forma más o menos drástica o contenida: medidas (desinformadas) sobre publicidad de los juegos, sobre obligaciones relacionadas con el “juego responsable”, y otras similares, están en el ambiente, y alcanzar a tormentas o simples chaparrones. En este capítulo, no es lo mismo un Gobierno en funciones, que un Gobierno monocolor, que un Gobierno en coalición.
- La aprobación, o no de unos Presupuestos Generales, que pueden resucitar varios aspectos relacionados con los juegos de azar, aparcados por la falta de acuerdos o de quórums aprobatorios.
Hay opiniones para todos los gustos, y muchos incluso defienden que la economía, y el país en general, funciona mejor con un Gobierno en funciones; y en lo que nos toca, que tambien lo esté la mismísima Dirección General del Juego.
Sea como fuere, el foco de las preocupaciones de los actores en este sector económico debe compartirse con la mirada puesta en los nuevos Gobiernos autonómicos que poco a poco se van formando, y causando expectación.
Carlos Lalanda Fernández.
Madrid, 12 de Septiembre de 2019